Ciencia en movimiento

Cicatrización de lesiones y Terapia manual

La cicatrización de las heridas se divide en tres fases. La primera llamada “fase inflamatoria” comprende normalmente los primeros 5 días y se divide en una fase vascular (desde el trauma al día 2) y en una fase celular (del día 3 al día 5). Inmediatamente después de la lesión normalmente se produce una hemorragia en el tejido. Esta hemorragia activa las células que liberan sustancias importantes que inician procesos como la coagulación y la cicatrización de las heridas. En la siguiente fase celular los miofibroblastos móviles migran desde los tejidos adyacentes hacia el área de la lesión. Estos promueven la contracción de la cicatriz y son los responsables de estabilizarla. En ambas fases, se debe restringir la terapia con estrés mecánico en los tejidos. Esto es importante para evitar más hemorragias. El ejercicio y la carga de peso solo están permitidos en el área de movimiento que está completamente libre de dolor. Sin embargo, es prerrequisito para esto una percepción adecuada del dolor por parte del paciente, que no esté alterada por analgesia.

En la siguiente «fase de proliferación” (del día 5 al día 21-28), la síntesis de matriz que comenzó en la fase celular se intensifica considerablemente. El cierre de la cicatriz se logra mediante una red de colágeno tipo III. Este colágeno es relativamente fino y no proporciona al tejido mucha estabilidad mecánica. Para que esta red de colágeno alcance una construcción casi idéntica a la del tejido original, el tejido en esta fase de cicatrización de la herida debe ser expuesto a su estrés fisiológico normal.

La fase de proliferación en tejidos pobremente perfundidos como el tendón, ligamento, menisco o disco intervertebral puede tardar hasta 6 semanas. Sin embargo, dado que el terapeuta se guía principalmente por el dolor del paciente, esto no tiene ninguna consecuencia para el tipo de tratamiento. En este caso, solo es necesario aumentar más lentamente la cantidad de peso que soporta.

Una vez que la herida se ha cerrado con colágeno tipo III, tras concluir la proliferación, le sigue la “fase de reconstrucción” (del día 21-28 al día 360). En lo que respecta a la terapia, se debe aumentar lentamente el estrés en el tejido para impulsar la reconstrucción del colágeno tipo III inestable al colágeno tipo I estable y devolver al tejido su estabilidad original. El incremento de la carga de peso en la terapia depende de lo que el paciente requiera de carga de peso sobre el tejido para su trabajo o práctica deportiva.

Condiciones que influyen en la cicatrización de las heridas 

Fármacos

El punto de partida en la fisiología de la cicatrización de las heridas es la inflamación. Lógicamente, los fármacos que inhiben o incluso eliminan la inflamación son contraproducentes para la cicatrización de las heridas. El efecto negativo es más obvio en tejidos como los tendones, ligamentos e inserciones. Todas estas estructuras sangran muy poco cuando son lesionadas; debido a su pequeña cantidad de vascularización solo se produce una pequeña cantidad de inflamación. Mientras más pobre sea la reacción inflamatoria, peor es el pronóstico para la cicatrización de las heridas. La influencia negativa de los fármacos antiinflamatorios en la cicatrización de las heridas ha sido puesto en evidencia en numerosos estudios.

Desde un punto de vista terapéutico el método estándar que se utiliza es la fricción profunda. La mayor liberación de mediadores inflamatorios inducida por la estimulación de los tejidos mejora la perfusión y la cicatrización de las heridas.

Incluso el uso de analgésicos puede ser un factor disruptivo en la cicatrización de las heridas. El mayor peligro de los fármacos analgésicos es que el paciente ya no está informado de su capacidad actual para soportar la tensión en el tejido. Como falta la señal de advertencia natural que es el dolor, el paciente o incluso el terapeuta continúa superando los límites del estrés fisiológico y, por lo tanto, causa un daño nuevo y permanente. El proceso de cicatrización de las heridas se estanca en una fase inflamatoria repetitiva.

Nutrición

Dado que el tejido conectivo está conformado principalmente por proteínas, la ingesta de proteínas a través de la  nutrición es muy importante. La proteína está disponible en forma de productos vegetales o animales. Un problema de la proteína animal es que forma ácidos y puede bajar el valor del PH intersticial. Si el valor del PH baja de 6.5 los fibroblastos pueden tener dificultades para llevar a cabo su normal función de síntesis.

Dado que la energía de la mitocondria está principalmente disponible de la quema de glucosa, también es importante una cantidad suficiente de azúcar en nuestra dieta. Sin embargo, si el azúcar proviene principalmente de carbohidratos de cadena corta, aumenta el estrés en el páncreas. Si el nivel de azúcar en sangre es constantemente alto, la regeneración y la cicatrización también son más difíciles. El azúcar refinado también es extremadamente formador de ácido.

Finalmente, el consumo de grasas se debe enfocar principalmente en ácidos grasos no saturados. Acá son importantes los ácidos grasos esenciales no saturados omega 3 y omega 6. La prostaglandina 2, que es importante después de una lesión, se produce a partir de los ácidos grasos omega 6. Los ácidos grasos omega 3 permiten la formación de prostaglandinas 1 y 3, las cuales controlan la inflamación como antagonistas de la prostaglandina 2. Un exceso de ácidos grasos saturados, por otro lado, pueden causar ateroesclerosis y problemas de perfusión en los tejidos.

Las vitaminas, minerales, y oligoelementos también son esenciales para la estabilidad del tejido conectivo. Estas sustancias permiten estabilizar los puentes de conexión en el colágeno.

Perfusión

Para poner a disposición de las células los nutrientes adecuados para sus procesos de síntesis (como parte del proceso de cicatrización) – particularmente después de una lesión – el tejido debe ser suficientemente perfundido. Esto se demuestra por los signos clásicos de la inflamación como el calor, la hinchazón y el enrojecimiento. Las principales influencias negativas en la perfusión de los tejidos son el hábito de fumar, la aterosclerosis y el aumento de la actividad simpática refleja.

Estrés

El estrés fisiológico provoca la liberación de un mayor nivel de hormonas del estrés como el cortisol. El cortisol inhibe la síntesis de colágeno y enlentece o incluso impide la cicatrización y regeneración. La actividad simpática refleja también aumenta por el estrés.

Sistema inmunológico

Un debilitamiento del sistema inmunológico puede ser el resultado de una dieta deficiente, una mala función del intestino grueso, la toma frecuente de antibióticos, o como resultado de cirugías que remuevan partes importantes del sistema inmunológico  como el apéndice, las amígdalas, etc. Esto puede generar reacciones autoinmunes que luego pueden conducir a una cronificación de la inflamación y una mala regeneración y curación.

Referencia

Hesch, J. (2012). Book Review of Fascia: The Tensional Network of the Human Body [Review of Book Review of Fascia: The Tensional Network of the Human Body]. Journal of Bodywork & Movement Therapies16(4), 528–529. Elsevier Ltd. https://doi.org/10.1016/j.jbmt.2012.07.006

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